Un año después de la salida de todos sus agentes, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) vuelve a estar presente en Cuba. El servicio secreto español cuenta con un representante oficial en La Habana y la nueva delegación del CNI será más reducida que la que tenía en mayo de 2009, integrada por cuatro agentes, cuando tuvo que abandonar la isla. Las condiciones del regreso las pactó el director del CNI, el general Félix Sanz, en noviembre pasado.
El origen de la crisis estuvo en la detención del empresario Conrado Hernández,el 14 de febrero de 2009, que mantenía una estrecha amistad con los entonces vicepresidente y ministro de Asuntos Exteriores cubanos, Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, que fueron defenestrados el 2 de marzo. El presidente cubano, Raúl Castro, acusó al empresario de informar al CNI de cómo pensaban y actuaban altos cargos del régimen.
Pese a negar estas acusaciones, el CNI optó por retirar a sus agentes en La Habana y el nuevo representante del CNI, ha recibido instrucciones de mantener un "perfil bajo".
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